Promoción de la pesca sostenible en las Islas Baleares: Anna Masdeu Lalanza se une al equipo LIFE para gestionar esta nueva iniciativa.
La organización Low Impact Fishers of Europe (Pescadores Europeos de Bajo Impacto – LIFE) se ha asociado con la Fundación Marilles para lanzar un nuevo programa de trabajo en las islas Baleares. La iniciativa tiene por objeto aprovechar los muchos años de experiencia de los pescadores de pequeña escala/ artes menores para desarrollar una pesca sostenible en las islas. Se trata de una nueva iniciativa de LIFE, que supondrá un gran trabajo de base en las comunidades pesqueras y con las asociaciones de pescadores.
Anna Masdeu Lalanza se unió al Equipo de LIFE el 1 de septiembre para ocupar un nuevo puesto como Técnico de Proyectos del Programa de Pesca Sostenible.
Anna es una gestora experimentada, que ha trabajado tanto en el comercio como en la gestión de proyectos de pesca. Hasta hace poco era la Gerente del Grupo de Acción Local de Pesca de la Costa Brava (GALP/FLAG).
¡Anna, bienvenida a LIFE! ¿Cómo se enteró del puesto, y antes de solicitar el trabajo, sabía de LIFE, y cuáles son sus impresiones sobre la organización?
Muchas gracias. Es un placer para mi formar parte de vuestra organización y es una oportunidad profesional en la que espero poder aportar todo lo que sé y aprender de vuestra experiencia.
La primera vez que escuché el nombre de LIFE fue a finales del año 2017 al hablar con unos pescadores jóvenes de artes menores de la Costa Brava que estaban formando una Asociación con el asesoramiento de LIFE. Por esas fechas yo estaba desempeñando el papel de gerente del Grupo de Acción Local de Pesca de la Costa Brava en Catalunya y de entre mis tareas estaba el conocer la situación de la pesca en esa zona hablando con todos los actores. A partir de allí, sé que LIFE a través de Marta Cavallé, la coordinadora de la zona del Mediterráneo participó y participa en el Comité de cogestión de la Sepia de la Bahía de Roses y Pals iniciada durante el 2018 en la zona de la Costa Brava aprobándose un Plan de Gestión consensuado en febrero de este mismo año.
LIFE es una plataforma que permite hacer llegar la voz de los pescadores de artes menores a estamentos superiores en colaboración con el resto de las organizaciones de pescadores como son las Cofradías y/o Federaciones. Cuantos más agentes trabajen coordinados para defender el papel del pescador mejor pues existen muchos desafíos por delante.
Durante los últimos 3 años fue la Gerente del GALP Costa Brava. Esto le puso en contacto con los pescadores y sus problemas. En su opinión, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrentan los pescadores a pequeña escala, y cuáles son los principales problemas que enfrentan en términos de llegar a fin de mes?
En general todos los pescadores del mar Mediterráneo se enfrentan a un gran reto que es el de conseguir la SOSTENIBILIDAD DE LA PESCA. Este gran reto pasa por tener una visión sistémica y global de lo que significa la pesca para la humanidad. No estamos hablando solamente de extraer un recurso del medio marino para cubrir necesidades alimentarias de la población, estamos hablando de un sinfín de interrelaciones socioculturales, económicas, ambientales, … una estructura muy compleja de redes dinámicas que actúan a diferentes niveles. La sostenibilidad debe pasar por una óptima gestión del recurso pesquero, por un conocimiento real de la contribución de la pesca en la economía local en las zonas litorales, por asegurar que los pescadores se ganen la vida de forma justa, por la valorización de la imagen del pescador, por la preservación y difusión de su patrimonio cultural y natural, etc. Como ves, son muchos frentes abiertos, todos ellos desafiantes.
Conseguir un trato justo y llegar sus productos directamente a los consumidores es un gran desafío para los pescadores en pequeña escala. ¿Cómo ayudará este proyecto a los pescadores a lograr estos objetivos?
Conseguir un precio justo en el pescado fresco no creo que esté al alcance de nuestras manos. El mercado de la pesca es muy voraz y lamentablemente afecta de forma directa a todos los pescadores del Mediterráneo. Ellos no pueden ni deben competir en precio con el pescado procedente de otros destinos, pero sí pueden diferenciarse en calidad. Este es el trabajo que se está realizando en las cofradías de todo el Mediterráneo, intentar diferenciarse del resto en calidad. La calidad se consigue haciendo las cosas mejor de lo que el consumidor espera y, en el caso del pescado fresco, esto se traduce en conseguir una óptima gestión pesquera y una comercialización de cadena corta. Básicamente porque el consumidor que está dispuesto a pagar de forma justa quiere que el producto pesquero sea fresco, local y de temporada. Este debe ser nuestro consumidor, un consumidor que apueste por la sostenibilidad.
Otro aspecto importante del proyecto es la cogestión. ¿Cuáles son, en su opinión, los factores clave para el éxito del manejo conjunto?
La cogestión es un modelo de gobernanza que implica sentar a todos los agentes en una misma mesa para abordar una situación concreta. Suelen estar formadas por pescadores, administración, científicos y ONGs. Todos ellos con sus intereses y sus problemas. Se trata de mediar los conflictos e intereses para llegar a un consenso. Los factores clave son escuchar y comprender a todas las partes e intentar que todos ellos cedan para conseguir un objetivo común. Es un modelo de gobernanza que deseamos poder contribuir a su instauración y fortalecer en los próximos años en las Baleares.
Dicen que la pesca es un mundo de hombres. ¿Qué le atrajo de la pesca, y como mujer que trabaja en la pesca, cómo percibe el papel de la mujer en el sector?
Desde hace varios años que diversas acciones están visibilizando a las mujeres que desde siempre han formado parte del sector, pero a las que no se les reconocía su papel. Cierto es que los que salen a pescar son mayoritariamente hombres por la dureza de los trabajos, por los roles y dinámicas establecidos desde años remotos y que son difíciles de cambiar. El sector pesquero en el mediterráneo noroccidental está formado por microempresas familiares, donde la mujer suele formar parte de la empresa y dedicarse a las tareas administrativas y comerciales. Estoy generalizando mucho porque realmente cada zona tiene su idiosincrasia y en función de la evolución de la empresa familiar la mujer e hijos de los pescadores continúan con la empresa familiar o no.
En mi caso, no tengo un origen directo con la pesca, pero puedo explicaros el caso de mi bisabuelo que era pescador de Nerja (Málaga), el cual tuvo 6 hijas (una de ellas mi abuela materna) y un hijo (el más pequeño). No había futuro en la pesca para sus hijas, así que decidieron migrar a Barcelona a aprender el oficio de sastre.
Mi primer contacto con el sector pesquero fue en el año 2017 cuando me incorporé como gerente del Grupo de Acción Local Pesquero. No soy experta en gestión pesquera, sino que provengo del ámbito de la dinamización económica local basada en los sectores primarios como son la agricultura y la pesca, y terciarios como es el turismo. Soy mujer de mar, vivo enfrente del mar y la oportunidad que tuve gracias a mi trabajo en el GALP de la Costa Brava de conocer el sector pesquero de Catalunya me abrió un sinfín de posibilidades de aprender, trabajar por y para el sector. Desgraciadamente conozco bien lo que significa que desaparezca de un plumazo la actividad pesquera de un municipio con la excusa del progreso y si no que se lo pregunten a los pescadores de Nerja (Málaga) y de Calafell (Tarragona).
Después de establecerse en el trabajo, ¿cuál será su primera prioridad?
Las primeras semanas consisten en conocer en detalle el proyecto colaborativo entre LIFE y la Fundación Marilles, en el que tras una introspección realizada durante el 2019 ya se plantean algunas acciones prioritarias y de acción inmediata. Las siguientes semanas consistirán en conocer a todos los actores de las Islas Baleares, especialmente a los pescadores y las cofradías. Conozco algunas iniciativas impulsadas por las Cofradías de Ibiza, Sant Antoni y Formentera en colaboración con el Grupo de Acción Leader pues tras una visita que realizaron pescadores a la Costa Brava en 2018, establecimos una estrecha relación.
En los próximos años, es probable que el desarrollo de la Economía Azul domine la agenda política y legislativa en el Mediterráneo. ¿Qué oportunidades y amenazas representa la Blue Economy para el sector de la pesca en pequeña escala?
Yo veo la economía azul como una oportunidad para las zonas costeras y litorales del mediterráneo para que dejen de centrar su economía en el turismo como han hecho hasta ahora desde los años 60. El turismo es un motor económico indudablemente, pero es muy sensible a entornos que impiden los desplazamientos de las personas, lo hemos visto ahora con la pandemia que nos acecha, pero también en anteriores ocasiones. La economía local de los municipios litorales debe basarse en la economía azul. Nuestro trabajo es demostrar que, dentro de la economía azul, la pesca profesional en la que se incluyen los pescadores de artes menores juega un papel fundamental en el Mediterráneo, que es una oportunidad real para las nuevas generaciones y que, aunque su participación en la economía de escala sea modesta contribuye a otros factores socioculturales y ambientales necesarios para la implantación de la economía azul y/o verde en el litoral del Mediterráneo. Los pescadores son y serán siempre los guardianes del mar.