1. Primero se utiliza una sierra de cadena de hoja larga para hacer un agujero en el hielo. Desde este agujero se arrastra la jábega hasta el hielo. A una distancia de entre 300 y 1200 metros se hace otro agujero, en el que se coloca la jábega bajo el hielo. En ambos extremos, el bloque de hielo cortado se presiona bajo el hielo de forma que pueda volver a colocarse sobre el agujero una vez terminada la pesca. De este modo, el hielo que queda es seguro para que otras personas puedan caminar por él.
2. En la segunda etapa, se hacen flotar dos fuertes cuerdas desde el primer agujero hasta el segundo. El flotador puede ser un "minisubmarino" de hélice controlado por radio que flota bajo el hielo, o un flotador controlado por una cuerda con ruedas motrices.
3. Cuando los extremos de la cuerda han llegado al segundo agujero, se fijan a ellos cajas de esparcidores. Los esparcidores también flotan bajo el hielo. Los esparcidores tienen tres o cuatro palas en la parte superior que los llevan hacia fuera desde el centro de la zona de pesca. La trampa o red propiamente dicha se fija a las crucetas. Ahora, cuando las máquinas de arrastre tiran de las cuerdas hacia el primer agujero, la jábega se extiende bajo el hielo en su forma correcta. La jábega extendida atrapa a los peces y los dirige hacia el extremo de la red.
4. Una vez que los esparcidores y las cuerdas que los sujetan han llegado al primer agujero, se inicia el arrastre propiamente dicho de la red de cerco sobre el hielo. Durante el arrastre, los peces acaban en el extremo posterior de la red, que se levanta en último lugar del agua. A partir de ahí es fácil levantar el pescado hasta las cajas de transporte aisladas.

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