El martes 9 de enero de 2024 entraron en vigor nuevas normas para un sistema de control reforzado. Estas normas se aplican a los buques pesqueros de la UE y a otros buques que faenen en aguas de la UE. A los pescadores artesanales se les ha concedido un periodo de gracia de 4 años para aplicar la mayoría de estas nuevas medidas, (que serán vinculantes por tanto en 2028) ya que será necesario un trabajo de preparación.
LIFE acoge con cautela las nuevas medidas, que podrían reforzar el control y la trazabilidad de muchas maneras. Éstas incorporan por primera vez un enfoque holístico, con disposiciones sobre el control de la pesca recreativa.
Las nuevas disposiciones exigen la digitalización total del control de las actividades pesqueras. En concreto, será obligatorio que los buques de más de 18 metros que presenten un alto riesgo de incumplimiento instalen REM y que todos los buques, independientemente de su tamaño, instalen VMS y faciliten la notificación de capturas por vía electrónica (arts. 9 y 14), lo que incorpora la necesidad de notificar los casos de artes de pesca perdidos en el mar o la información relacionada con las capturas de especies sensibles.
Para ello, los buques de menos de 12 m de eslora podrán utilizar un sistema específico de cuadernos diarios de pesca desarrollado a escala nacional o de la Unión. Si uno o varios Estados miembros lo solicitan antes del 10 de mayo de 2024, la Comisión desarrollará un sistema de este tipo para los buques de captura de menos de 12 m de eslora.
La digitalización, si se aplica bien, podría revolucionar la recogida y el uso de datos, empoderando a los pescadores por un lado, mejorando su visibilidad y aumentando la fiabilidad del asesoramiento científico por otro. Si no se aplica bien, con sistemas de seguimiento y recopilación de datos no probados y la participación de los pescadores en su diseño, podría causar estragos y aumentar aún más la carga burocrática, como hemos visto con el desastroso despliegue del sistema de seguimiento iVMS en el Reino Unido. El secreto del éxito de la digitalización es la multifuncionalidad: los sistemas de seguimiento de buques y de notificación electrónica de capturas deben ser útiles tanto para las autoridades como para los pescadores, de lo contrario sencillamente no funcionarán.
Lo que aún no está claro es cómo afectarán las normas para los desembarques en puertos designados a las operaciones a pequeña escala (considerando 112 y artículo 41.a) sobre la Verificación del Tonelaje. En función de los umbrales que determine cada plan regional plurianual, las SSF podrán verse obligadas o no a verificar el tamaño de sus capturas en un puerto designado situado a cierta distancia de su puerto de origen. Esto podría repercutir negativamente en su viabilidad económica y restringir el acceso al mercado.
Otro elemento de incertidumbre es la fijación del margen de tolerancia (entre la declaración de capturas y las capturas verificadas), que será de 10% y de hasta 20% en casos específicos (artículos 14.3 y 14.4). Ahora se calcularán por especies en lugar de por capturas totales. Esto parece un avance positivo y contribuirá a que las declaraciones de capturas sean más precisas. El problema está en los detalles, y está por ver si estas nuevas disposiciones supondrán una gran laguna para el desembarque de capturas accesorias y especies de talla inferior a la reglamentaria, o una herramienta útil para que las declaraciones de capturas sean más precisas. Será en los próximos actos de ejecución en los que la Comisión establezca esas normas detalladas, antes del 10 de julio de 2024.
Según el Comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius: "El sistema revisado de control de la pesca es la culminación de cinco años de negociaciones. Con él, estamos actualizando significativamente la forma en que se supervisan las actividades pesqueras, para garantizar que nuestros valiosos recursos marinos estén mejor protegidos y que las normas de control de la pesca se apliquen mejor a lo largo de toda la cadena, desde la red hasta el plato".."
El reglamento entró en vigor el 9 de enero de 2024, los buques pesqueros y las autoridades pesqueras dispondrán de tiempo suficiente para adaptarse a los nuevos protocolos.